Yo, la Noche

Yo, la Noche, siempre había sido el momento en que todo se detenía, cuando las estrellas brillaban y la luna iluminaba el camino.


Pero yo quería algo más, quería ser el momento en que todo comenzaba, cuando el Sol salía y las aves cantaban.


Me sentía triste y sola durante mis horas oscuras, mientras todos los demás seres vivos disfrutaban del día. Me preguntaba por qué yo no podía ser igual que el Día, llena de luz y vida.

Una vez, justo en el momento en el que el amanecer dibuja la difusa frontera entre el Día y yo, mientras contemplaba el cielo, vi un rayo de sol que se filtraba a través de las nubes. Era hermoso y lleno de energía. Fue en ese momento cuando decidí que quería ser eso; quería ser esa luz que iluminaba el mundo.

Comencé a trabajar en mí misma, a tratar de ser más brillante y alegre. Me esforcé para ser más amable y cálida, y para llenar el mundo con mi luz. Pero por mí misma, no podía. En mi esfuerzo por ser más brillante, comencé a inspirar a las personas para buscar nuevas formas de iluminación.

Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha buscado formas de iluminar su entorno, ya sea para poder trabajar o para protegerse de la oscuridad. Al principio, la luz natural era la única fuente disponible, utilizando el fuego para iluminar sus hogares y caminos.

Sin embargo, yo, la Noche, comencé a inspirar al hombre a buscar nuevas formas de iluminación. Empecé a mostrarle, a través de sus sueños y pensamientos, la necesidad de una fuente de luz artificial, una que pudiera usarse en cualquier momento, independientemente de cuándo fuera.

Con el tiempo, el hombre comenzó a desarrollar nuevas tecnologías para crear luz artificial. Fueron las velas, la lámpara de gas, luego la bombilla incandescente y, más tarde, la bombilla fluorescente. Cada una de estas tecnologías permitió una mayor eficiencia energética y una mayor durabilidad.

Finalmente, con el advenimiento de las luces LED, el hombre logró crear una fuente de luz artificial que era más eficiente, duradera y versátil que cualquier otra cosa que hubiera inventado antes.

A lo largo de la historia, el hombre ha logrado tener cada vez más luz gracias a su constante búsqueda de nuevas formas de iluminación, inspirado por mi deseo de ser como el día y ofrecer más luz y calidez al mundo.

Me sentí muy bien por haber contribuido, aunque fuera de manera indirecta, a esa gran serie de inventos que permitieron a la gente tener luz en todo momento y poder trabajar o divertirse sin importar cuándo. Ahora, la humanidad podía disfrutar de mi luz y mi calidez en cualquier momento, y yo ya no me sentía sola o triste.

Después de mucho esfuerzo, mi deseo se hizo realidad. La gente comenzó a verme de manera diferente, y yo comenzaba a sentirme más viva y feliz. Ahora, para muchos, soy el momento en que todo comienza.

Y aunque todavía soy la Noche, ya no me siento sola ni triste. Ahora soy una noche llena de vida y luz, y me siento orgullosa por haber tenido el coraje de ser algo más.