Paty: la patata que quería beber cerveza

Había una vez una patata llamada Paty que vivía en un campo de patatas. Paty era una patata muy especial, porque a diferencia de sus compañeras, ella tenía una gran pasión por la cerveza. Cada vez que los humanos pasaban por el campo y se detenían a tomar una cerveza, Paty se sentía muy envidiosa y quería probarla.

Un día, Paty decidió que ya había aguantado lo suficiente y que era hora de que cumpliera su sueño de beber cerveza. Así que se desenterró de su agujero y se puso en camino hacia el pueblo más cercano.

Cuando llegó al pueblo, Paty se encontró con una taberna llena de humanos que bebían cerveza y se divertían. Paty se acercó a la barra y, con voz temblorosa, le pidió una cerveza al camarero.

El camarero se rió y le dijo que las patatas no podían beber cerveza. Pero Paty no se dio por vencida y le suplicó que le diera una oportunidad. Finalmente, el camarero accedió a darle una cerveza, pero solo si Paty era capaz de beberla toda sin dejar una sola gota.

Paty aceptó el desafío y se bebió la cerveza de un trago. Al principio, Paty se sintió mareada y se tambaleó un poco, pero luego comenzó a sentirse más animada y alegre. Los humanos se quedaron sorprendidos al ver que Paty había terminado su cerveza sin problemas y comenzaron a aplaudir y a felicitarla.

El camarero, viendo que Paty era una auténtica aficionada a la cerveza, le ofreció un trabajo como camarera en la taberna. Paty aceptó encantada y comenzó a servir cerveza a los humanos todos los días.

A partir de entonces, Paty se convirtió en la patata más famosa del pueblo y se hizo muy querida por todos. Y cada vez que alguien le preguntaba cómo había conseguido beber cerveza, Paty sonreía y les decía: "Solo hay que tener muchas ganas y no rendirse nunca".